La fusión occipitocervical (C0–C2) estabiliza la unión entre el cráneo y las primeras vértebras cervicales cuando existe inestabilidad significativa (por ejemplo, CCI/AAI, traumatismos o deformidades). Este artículo explica en lenguaje claro cuándo se indica, qué pruebas confirman el diagnóstico, qué alternativas existen, qué movilidad se conserva, riesgos y tiempos de recuperación realistas. Incluye señales de alarma, mitos y realidades, un checklist práctico y preguntas frecuentes.
¿Qué es la fusión occipitocervical y cuándo se plantea?
Es una cirugía que une de forma estable el hueso occipital (cráneo) con las vértebras C1 y C2 para evitar movimientos anómalos que comprimen la médula espinal o alteran el flujo sanguíneo vertebro-basilar. Suele indicarse cuando hay inestabilidad craneocervical (CCI), inestabilidad atlantoaxoidea (AAI) asociada, deformidades complejas, secuelas traumáticas o fracturas que comprometen la seguridad neurológica.
La decisión no se basa en una sola imagen: requiere correlacionar síntomas, exploración neurológica y pruebas de imagen. Cuando el dolor, la inestabilidad o los déficits neurológicos persisten pese al tratamiento conservador y la correlación clínico-radiológica es clara, la fusión puede ser la opción más segura.
Síntomas y señales que suelen motivar la evaluación
- Dolor cervical alto que empeora con movimientos o posturas sostenidas, a veces con cefalea occipital.
- Mareos, inestabilidad o “sensación de cabeza pesada” asociados a hipermovilidad C0–C2.
- Hormigueo, debilidad o torpeza en manos por compromiso medular o radicular.
- Alteraciones visuales o deglutorias en casos seleccionados.
- Antecedente de traumatismo cervical alto o trastorno del tejido conectivo (p. ej., EDS).
Cómo se confirma el diagnóstico (y se evita operar sin necesidad)
1) Historia clínica y exploración neurológica detalladas. Se valora fuerza, sensibilidad, reflejos, marcha y coordinación. En cuadros con mielopatía se utiliza una escala de gravedad funcional.
2) Pruebas de imagen. La resonancia magnética define compresiones y descarta otras causas. Las radiografías dinámicas (flexión-extensión) y, en casos seleccionados, estudios con cortes finos o dinámicos ayudan a documentar la inestabilidad C0–C2. La clave es la concordancia entre síntomas y hallazgos.
3) Opinión experta y segunda lectura de imágenes. La unión craneocervical es compleja; una valoración especializada reduce errores diagnósticos y alinea expectativas.
Alternativas de tratamiento: primero lo menos invasivo
Opciones no quirúrgicas
- Educación postural, pautas de actividad graduada y manejo del estrés.
- Fisioterapia enfocada a control motor profundo cervical y estabilización escapular, cuando es tolerada.
- Tratamiento farmacológico individualizado; los opioides se reservan para casos refractarios y por periodos breves.
- Collarines blandos como recordatorio postural en fases sintomáticas cortas (no como solución crónica).
Otras cirugías según el caso
- Fusión atlantoaxoidea (C1–C2): cuando la inestabilidad se limita a ese nivel y permite conservar más movilidad global del cuello.
- Descompresión suboccipital (Chiari): si el problema principal es la herniación de amígdalas cerebelosas con compresión posterior.
- Cirugía de revisión: en pseudoartrosis o fallo de implantes previos, tras reevaluación completa.
La fusión occipitocervical se prioriza cuando el riesgo neurológico o la inestabilidad multisegmentaria justifican estabilizar la unión C0–C2.
¿Cómo se realiza la fusión y qué movilidad se conserva?
La intervención suele hacerse por vía posterior bajo anestesia general. Se colocan tornillos en C2 (pediculares, de pars o laminares según anatomía) y fijaciones en C1 y el occipital, unidos mediante barras contorneadas. A menudo se añade injerto óseo para favorecer la artrodesis. La alineación final busca mantener la mirada horizontal en reposo.
Movilidad: al fijar C0–C2 se reduce gran parte de la flexo-extensión y rotación alta del cuello. Sin embargo, los niveles inferiores (C3–C7) continúan aportando movimiento. Muchos pacientes describen una vida funcional con adaptaciones (p. ej., girar más el tronco al mirar lateralmente). La rehabilitación temprana y la ergonomía son claves para recuperar autonomía y seguridad.
Beneficios esperables frente a riesgos y efectos adversos
Beneficios
- Estabilidad mecánica en una zona crítica, con reducción de dolor y síntomas neurológicos atribuibles a la inestabilidad.
- Disminución del riesgo de empeoramiento neurológico en indicaciones bien establecidas.
- Mejoría funcional progresiva al evitar microtraumas repetidos en C0–C2.
Riesgos y limitaciones
- Generales: infección, sangrado, trombosis, complicaciones anestésicas.
- Específicos: lesión de raíces o médula (poco frecuente), lesión vascular, malposición de implantes, pseudoartrosis, necesidad de revisión.
- Biomecánica: incremento de carga en niveles inferiores, con potencial de degeneración acelerada a largo plazo; ergonomía y fisioterapia ayudan a mitigarlo.
- No elimina todas las causas de dolor cervical si coexisten otras fuentes (facetas, músculos, migraña, etc.).
Mensaje clave: el objetivo es proteger la función neurológica y mejorar la calidad de vida, no “curar” todos los síntomas.
Criterios orientativos para derivación
- Déficit neurológico objetivo progresivo (fuerza, marcha, destreza).
- Dolor severo/incapacitante con evidencia de inestabilidad C0–C2 y fracaso del manejo conservador.
- Compresión medular o riesgo de lesión inminente en la imagen, con correlación clínica.
- Fracturas/luxaciones de la unión craneocervical con inestabilidad.
Tiempos de recuperación realistas (pueden variar)
- Hospitalización: 2–4 días en muchos casos, según comorbilidades y control del dolor.
- Primeras 2–4 semanas: paseo diario y movilidad global suave; protección de la herida; educación postural.
- Semanas 4–8: progresión a ejercicios de control motor y fortalecimiento isométrico supervisado.
- Meses 3–6: integración funcional; retorno gradual a trabajo de oficina si evolución favorable; actividades con impacto solo tras autorización.
- Seguimiento: controles con imagen para verificar consolidación y posición de la instrumentación.
¿Cuándo acudir a urgencias?
- Pérdida súbita o progresiva de fuerza en brazos o piernas, caídas nuevas o empeoramiento de la marcha.
- Fiebre >38 °C con dolor cervical intenso, enrojecimiento o secreción de la herida.
- Dificultad respiratoria, disfagia grave o dolor torácico.
- Dolor severo que no cede con medicación pautada o aparece un dolor “diferente” y fulminante.
Mitos y realidades
“No podré mover nada el cuello”. Realidad: se reduce la movilidad alta, pero C3–C7 siguen moviéndose; con ergonomía y adaptación, muchas actividades diarias son posibles.
“Siempre acabaré con otra cirugía”. Realidad: el riesgo de revisión existe, pero una indicación correcta, la técnica adecuada y la rehabilitación reducen esa probabilidad.
“Con la fusión desaparece todo el dolor”. Realidad: mejora el dolor por inestabilidad; pueden persistir otras fuentes (muscular, facetaria) que requieren manejo específico.
Preguntas frecuentes
¿Cuánta movilidad perderé tras una fusión C0–C2?
La flexión-extensión y gran parte de la rotación alta se reducen; los niveles inferiores compensan parcialmente. La mayoría de las actividades cotidianas se pueden retomar con adaptaciones.
¿La cirugía duele mucho y por cuánto tiempo?
El dolor postoperatorio suele controlarse con analgesia multimodal. Disminuye en días-semanas, mientras la rigidez mejora con fisioterapia.
¿Necesitaré collarín?
Algunos equipos recomiendan collarín blando corto tiempo como recordatorio; no sustituye la rehabilitación ni acelera la fusión.
¿Podré conducir?
Se valora caso a caso. Habitualmente se pospone hasta poder realizar giros seguros con el tronco y sin medicación sedante; consulta siempre antes de retomar.
¿La fusión acelera el desgaste de vértebras inferiores?
Puede aumentar la carga en niveles subaxiales a largo plazo; una buena alineación, la ergonomía y el fortalecimiento ayudan a mitigarlo.
¿Qué pasa si ya me operaron y sigo con dolor?
Antes de una revisión, se reevalúan clínica e imágenes (incluida la posición de implantes y la consolidación). A veces el dolor proviene de otra fuente tratable sin reoperar.
Glosario
CCI: inestabilidad craneocervical. AAI: inestabilidad atlantoaxoidea. Artrodesis: fusión ósea entre vértebras. Subaxial: niveles C3–C7. Pseudoartrosis: falta de consolidación de la fusión. Alineación en mirada horizontal: orientación que permite ver de frente sin forzar.
¿Necesitas una evaluación especializada?
Si te reconoces en este cuadro, busca una valoración médica especializada en columna cervical alta. Una consulta estructurada (síntomas, exploración, imágenes y plan de rehabilitación) te ayudará a decidir con seguridad.
Referencias
- Inestabilidad craneocervical (especialidad, descripción del procedimiento): https://drgilete.com/es/especialidades/inestabilidad-craneocervical-cci/
- Teknon – Artrodesis occipitocervical (ficha del procedimiento): https://www.teknon.es/es/especialidades/gilete-vicenc/artrodesis-occipitocervical
- MSD Manual (hogar) – Trastornos de la unión craneocervical: https://www.msdmanuals.com/es/hogar/…/trastornos-de-la-uni%C3%B3n-craneocervical
- AO Surgery Reference – Occipitocervical fusion (técnica): https://surgeryreference.aofoundation.org/…/occipitocervical-fusion
- PubMed – Occipitocervical Fusion: Updated Review: https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/30610329/
- AO Latam (PDF) – Lesiones craneocervicales y fusión occipitocervical: https://www.aolatam.org/…/aos_da_n2m3t1_Sadao_esp.pdf
Descargo de responsabilidad: Este contenido es educativo y no sustituye la evaluación médica individual. Ante síntomas de alarma, acude a urgencias.