La estenosis lumbar estrecha el canal de la columna y comprime nervios que intervienen en la marcha. Cuando el dolor y la limitación persisten pese a un buen tratamiento conservador, la descompresión (laminectomía, laminotomía o foraminotomía) puede aliviar la presión y mejorar la función. Este artículo explica síntomas, pruebas útiles, quién se beneficia, alternativas, beneficios y riesgos, tiempos de recuperación y cuándo acudir a urgencias, con un checklist práctico para preparar tu consulta.
¿Qué es la estenosis lumbar y por qué duele al caminar?
La estenosis lumbar es un estrechamiento del canal vertebral o de los agujeros por donde salen los nervios. Suele deberse al desgaste: abombamiento del disco, engrosamiento de ligamentos y “picos de hueso”. El resultado es claudicación neurógena: dolor, hormigueo o debilidad en piernas que aparece al estar de pie o caminar y mejora al sentarse o inclinarse hacia delante. Muchas personas describen que necesitan pararse cada pocos minutos al pasear o que caminan mejor apoyadas en un carro de la compra.
¿Cuándo tiene sentido operar?
La cirugía no es el primer paso. Antes se intenta una combinación de ejercicio dirigido, educación en dolor, cambios de actividad, analgésicos/antiinflamatorios y, en casos seleccionados, infiltraciones epidurales. Se valora la descompresión cuando:
- La limitación funcional para caminar o estar de pie persiste y afecta la calidad de vida pese a meses de manejo conservador bien hecho.
- Hay deterioro neurológico (debilidad progresiva, caídas, empeoramiento de la marcha).
- Existen síntomas vesicales o intestinales que sugieren afectación de raíces nerviosas.
La decisión se toma correlacionando síntomas, exploración y pruebas de imagen, y valorando enfermedades asociadas y objetivos personales.
Pruebas que aportan claridad
- Resonancia magnética (RM): muestra el grado y nivel de estrechamiento, así como la compresión de raíces nerviosas.
- Radiografías con carga y dinámicas: ayudan a descartar inestabilidad significativa.
- Exploración neurológica: fuerza, reflejos, sensibilidad y marcha; orienta la urgencia y el pronóstico.
En algunos casos se consideran estudios electrofisiológicos o pruebas específicas cuando la clínica y la imagen no encajan del todo.
Opciones quirúrgicas: ¿qué significa “descomprimir”?
El objetivo es liberar espacio para los nervios con el menor daño posible a los tejidos.
- Laminectomía: resección de la lámina (techo óseo del canal) para ampliar el canal central.
- Laminotomía/hemilaminotomía: “ventana” ósea más pequeña y focal.
- Foraminotomía: amplía el túnel por donde sale la raíz nerviosa si el pinzamiento es foraminal.
La fusión (unir vértebras con tornillos e injerto) se reserva para casos con inestabilidad clara (por ejemplo, algunas espondilolistesis). En estenosis degenerativa sin inestabilidad, muchos pacientes mejoran con descompresión sola.
Beneficios esperables frente a riesgos y limitaciones
Beneficios más frecuentes:
- Mejora del dolor y mayor distancia de marcha.
- Recuperación de sensibilidad/fuerza cuando la compresión era la causa principal.
- Volver a actividades cotidianas con menos pausas y menos medicación.
Riesgos/efectos adversos posibles (no exhaustivos):
- Infección, sangrado, trombosis o complicaciones anestésicas.
- Lesión de raíz nerviosa o dural (poco frecuente).
- Dolor residual por causas mixtas (facetas, sacroilíacas, dolor crónico).
- Necesidad de reoperación si persiste/recidiva la compresión o aparece inestabilidad.
Mensaje clave: la selección del caso y la técnica cuidadosa mejoran la probabilidad de satisfacción. La cirugía no “rejuvenece” la columna, pero puede restaurar función y aliviar el dolor en perfiles adecuados.
¿Cómo es el posoperatorio? Tiempos de recuperación realistas
- Hospitalización: 1–3 días en muchas descompresiones; puede variar según edad, niveles intervenidos y comorbilidades.
- Movilización: caminar precoz (primer día) con ayuda del equipo de rehabilitación.
- Trabajo: tareas de oficina 2–6 semanas; trabajos físicos, 6–12 semanas o más, con progresión.
- Deporte: aeróbico de bajo impacto desde las primeras semanas; fuerza guiada a partir de 6–8 semanas si la evolución lo permite.
Los plazos varían. La recuperación es un proceso: cada semana suma cuando se combinan actividad graduada, buen descanso y analgesia responsable.
Alternativas no quirúrgicas que merecen una oportunidad
- Fisioterapia centrada en control motor, estabilidad lumbopélvica y tolerancia al esfuerzo.
- Educación en dolor y estrategias de actividad por etapas (evitar reposo prolongado).
- Tratamiento farmacológico ajustado a síntomas (antiinflamatorios, coadyuvantes para dolor neuropático cuando proceda).
- Infiltraciones epidurales en casos seleccionados para brotes de dolor.
Estas medidas no “ensancharán” el canal, pero pueden controlar síntomas o ganar tiempo si la limitación no es severa.
¿Cuándo acudir a urgencias?
- Debilidad progresiva o pérdida súbita de fuerza en pierna o pie.
- Alteración brusca de la sensibilidad en “silla de montar”.
- Problemas para orinar (retención) o incontinencia de nueva aparición.
- Fiebre alta con dolor lumbar intenso tras cirugía.
Mitos y realidades
- Mito: “Descomprimir me curará todo el dolor de espalda”.
Realidad: alivia dolor por compresión nerviosa; el dolor axial puede tener otras fuentes. - Mito: “Siempre hay que poner tornillos”.
Realidad: la fusión se indica si hay inestabilidad; en muchos casos basta descomprimir. - Mito: “La recuperación es igual para todos”.
Realidad: edad, condición física, niveles tratados y comorbilidades cambian el ritmo.
Preguntas frecuentes
¿La descompresión lumbar siempre requiere fusión?
No. Si no hay inestabilidad significativa ni deformidad relevante, muchas personas mejoran con descompresión sola. La fusión se reserva para casos bien seleccionados.
¿Cuánto dura el alivio?
Puede ser duradero cuando la indicación es adecuada y existe buena adherencia a rehabilitación y hábitos saludables. Aun así, la columna sigue envejeciendo y pueden aparecer cambios en otros niveles con el tiempo.
¿Qué anestesia se utiliza?
Generalmente anestesia general. En procedimientos muy focales y centros seleccionados pueden emplearse técnicas mínimamente invasivas con abordajes menores.
¿Cuándo podré conducir?
Cuando puedas reaccionar sin dolor limitante y sin medicación sedante, habitualmente tras 2–4 semanas, según evolución.
¿La fisioterapia es necesaria si me opero?
Suele recomendarse. Ayuda a recuperar fuerza, equilibrio y confianza en la marcha, y a reducir el riesgo de recaídas.
¿Qué señales me deben hacer volver antes a revisión?
Fiebre alta, dolor que empeora día a día, enrojecimiento de la herida, pérdida de fuerza o sensibilidad nuevas, o problemas urinarios.
Si te identificas con este cuadro y quieres una opinión experta e individualizada, solicita una evaluación médica (presencial o por telemedicina) con un especialista en columna.
Glosario
- Laminectomía: retirada de la lámina para ampliar el canal.
- Laminotomía: ventana ósea parcial para descomprimir.
- Foraminotomía: ampliación del orificio por donde sale la raíz nerviosa.
- Claudicación neurógena: dolor/debilidad en piernas al andar por compresión de raíces.
- Fusión: unión de vértebras para estabilizar un segmento.
Referencias
- Estenosis espinal (página informativa de especialidad)
- Mayo Clinic – Laminectomía
- Mayo Clinic – Estenosis espinal: diagnóstico y tratamiento
- Manual Merck – Estenosis espinal lumbar
- JNS Spine 2025 – Descompresión vs fusión en degenerativa (revisión/meta-análisis)
- Spine-Health – Recuperación tras laminectomía
Nota: Contenido educativo. No sustituye la valoración médica individual.