CCI y Ehlers-Danlos: 7 señales que no debes ignorar

Si convives con hipermovilidad o Síndrome de Ehlers-Danlos  y notas mareos, cefalea occipital, visión borrosa o sensación de “cabeza inestable”, quizá te preguntes si existe inestabilidad craneocervical (CCI). Esta guía te explica, con lenguaje claro, qué síntomas orientan, qué pruebas de imagen aportan más información y qué opciones no quirúrgicas y quirúrgicas pueden considerarse según cada caso.

La CCI es un problema de estabilidad en la unión cráneo-cervical; no siempre aparece en las resonancias supinas. La evaluación combina clínica + imagen dinámica. El tratamiento suele empezar por medidas conservadoras; la cirugía es selectiva y busca proteger el sistema nervioso y mejorar la función.

 

¿Qué es la inestabilidad craneocervical (CCI)?

La CCI describe un exceso de movimiento entre el cráneo y las primeras vértebras cervicales (C0–C1–C2) por laxitud de ligamentos o alteraciones óseas. En personas con Ehlers-Danlos, la estructura del tejido conectivo puede favorecer esta laxitud. El resultado puede ser irritación o compresión de estructuras neurológicas (bulbo/puente, médula alta, raíces) y vasculares, con síntomas a veces fluctuantes.

 

7 señales que no conviene pasar por alto

La presencia de varios de estos elementos en conjunto aumenta la sospecha (no sustituyen a la valoración médica):

  1. Cefalea occipital que empeora al mantener la cabeza erguida o con movimientos.
  2. Mareo/instabilidad y “niebla mental”, especialmente al estar de pie.
  3. Dolor cervical alto con sensación de “cabeza pesada” o “que no se sujeta”.
  4. Visión borrosa, diplopía o fotofobia en episodios.
  5. Hormigueo/debilidad en brazos o piernas que varía con la postura.
  6. Disautonomía (palpitaciones, intolerancia ortostática) asociada a dolor cervical.
  7. Antecedente de hipermovilidad/Ehlers-Danlos o traumatismos cervicales repetidos.

 

Cómo se estudia: clínica primero, imagen después

Historia clínica y exploración: el profesional evalúa el patrón de síntomas, desencadenantes posturales y signos neurológicos. Se valora también la hipermovilidad generalizada y comorbilidades (migraña, disautonomía, trastornos del sueño).

 

Imagen estática y dinámica: una resonancia magnética (RM) supina puede ser normal. Por ello, en casos seleccionados se combinan técnicas dinámicas (flexión/extensión y, cuando está disponible, estudios en carga como RM erguida o TC de haz cónico en bipedestación) para evaluar la movilidad real.

 

Mediciones radiológicas usadas en CCI/AAI: entre las más empleadas están el Grabb-Oakes (pBC2), el BAI (intervalo basi-axial), el BDI (intervalo basión-dens) o el Powers ratio. Son herramientas que complementan la clínica; no existe un único número “mágico” que diagnostique por sí solo.

 

Mensaje clave: la correlación entre síntomas, exploración y mediciones repetibles es la base para decidir.

 

Alternativas terapéuticas: escalera de decisiones

Medidas no quirúrgicas (primer escalón)

  • Educación postural y dosificación de actividades (evitar posiciones mantenidas en flexión; descansos activos; ergonomía de pantallas).
  • Fisioterapia con enfoque en control motor y fortalecimiento de flexores profundos cervicales y musculatura escapulotorácica; progresión individualizada.
  • Ortesis (collarines) de uso temporal y supervisado en brotes dolorosos, evitando el desuso muscular.
  • Farmacoterapia para dolor neuropático y musculoesquelético; manejo de comorbilidades (migraña, disautonomía).

 

Intervenciones mínimamente invasivas (casos seleccionados)

  • Bloqueos diagnósticos para identificar generadores de dolor específicos (articulaciones facetarias, ganglio C2).
  • Rizólisis por radiofrecuencia en dolor facetario refractario (puede aliviar meses; el nervio se regenera con el tiempo).

 

Cirugía (cuando está indicada)

El objetivo no es “rigidizar por sistema”, sino proteger estructuras neurológicas y restaurar estabilidad cuando la clínica incapacitante se correlaciona con hallazgos sólidos en imagen. Según el patrón, pueden considerarse fusiones C0–C2 o C1–C2, y/o descompresiones asociadas.

 

Beneficios esperables vs. riesgos/efectos adversos

Beneficios potenciales: reducción del dolor, mejora de síntomas neurológicos/funcionales y de la tolerancia ortostática; mayor autonomía para actividades diarias.

 

Riesgos: infección, sangrado, lesión neurológica (poco frecuente), pseudoartrosis, dolor en niveles adyacentes, necesidad de revisión, limitación del rango según la extensión de fusión. La decisión debe ser compartida y con expectativas realistas.

 

Criterios orientativos de derivación

  • Síntomas neurológicos progresivos (debilidad, ataxia, disfagia) con correlación en imagen.
  • Dolor cervical occipital severo persistente ≥3 meses, refractario a tratamiento conservador pautado.
  • Intolerancia ortostática/disautonomía que limita actividades y empeora con la verticalidad, valorada por especialista.

 

Tiempos de recuperación (aproximados y variables)

Conservador: fisioterapia 8–12 semanas para estabilización y control motor, con progresión de cargas.

 

Tras cirugía de estabilización: estancia corta; retorno a actividades livianas en 2–4 semanas y reintegración progresiva a los 3–6 meses, con seguimiento clínico-radiológico programado.

 

Cuándo acudir a urgencias

  • Fiebre alta con rigidez cervical, dolor desproporcionado o empeoramiento súbito.
  • Pérdida de fuerza en extremidades, trastornos de la marcha o caídas repetidas.
  • Dificultad para tragar, hablar o respirar.
  • Incontinencia o retención de orina/síntomas de cauda (emergencia).

 

Mitos y realidades

  • Mito: “Si tengo Ehlers-Danlos, seguro tengo CCI.”
    Realidad: el Ehlers-Danlos aumenta el riesgo, pero el diagnóstico requiere clínica + imagen coherentes.
  • Mito: “Un valor aislado en la RM confirma la inestabilidad.”
    Realidad: las mediciones ayudan, pero no son diagnósticas por sí solas.
  • Mito: “El collarín siempre es la solución.”
    Realidad: su uso prolongado sin supervisión puede empeorar la estabilidad muscular.

 

 

Preguntas frecuentes

 

¿Puede una RM “normal” descartar CCI?

No siempre. La RM supina puede pasar por alto inestabilidad dinámica; las pruebas en flexo-extensión o en carga aportan contexto en casos seleccionados.

 

¿Toda CCI requiere cirugía?

No. La mayoría de planes comienzan con tratamiento conservador bien estructurado. La cirugía se valora cuando hay correlación clínica-radiológica y limitación funcional importante.

 

¿Qué ejercicios suelen ayudar?

Fortalecimiento de flexores profundos del cuello, estabilización escapular y control postural progresivo bajo supervisión de fisioterapia.

 

¿El uso de collarín es recomendable?

Sólo en periodos cortos y bajo indicación profesional; evitar dependencia y pérdida de fuerza.

 

¿La CCI puede coexistir con AAI o Chiari?

Sí, y a veces condicionan la estrategia diagnóstica y terapéutica.

 

¿Cuánto tarda en notarse mejoría tras una fusión?

Varía según extensión y comorbilidades; muchas personas reportan progresos funcionales en semanas, con consolidación del plan entre 3 y 6 meses.

 

Glosario

CCI: Inestabilidad craneocervical.
AAI: Inestabilidad atlantoaxoidea.
Grabb-Oakes (pBC2): Medición radiológica de relación tejidos blandos-columna en la unión craneocervical.
BAI/BDI: Medidas lineales de posición del basión respecto al axis.
uMRI/uCBCT: Técnicas de imagen en bipedestación o con carga.

 

Descargo de responsabilidad

Este contenido es educativo y no sustituye una valoración médica individual. Las decisiones diagnósticas y terapéuticas deben tomarse con un profesional cualificado.

Solicitar evaluación

 

Referencias

  1. Dr. Vicenç Gilete. Blog y recursos de neurocirugía de columna: drgilete.com
  2. Ehlers-Danlos Society. Manifestaciones neurológicas y espinales: ehlers-danlos.com
  3. Lohkamp LN et al. Craniocervical Instability in EDS (2022, revisión): PMC
  4. Nicholson LL et al. Rangos de referencia de medidas CCI (2023): PMC
  5. MSD Manual. Anomalías de la unión craneocervical: merckmanuals.com
  6. Ehlers-Danlos Society. Manejo no quirúrgico de UCI/ICC (2023): ehlers-danlos.com
Sagittal ultrafast MRI of the craniocervical junction showing excessive anterior translation of the atlas over the axis and widening of the subarachnoid space, consistent with craniocervical instability.
Call Now Button